Casados con sus smartphones
Artículo del The New York Times en Español
Artículo del The New York Times en Español
Fuente: The New York Times en Español
Los expertos dicen que los móviles se están entrometiendo en las relaciones. A veces de manera inofensiva, pero también pueden llevar a las parejas a preguntarse: ¿Cuándo elegimos pasar más tiempo con nuestros teléfonos que con nuestro cónyuge?
En este reportaje se muestran diferentes situaciones reales en las que esto ocurre, donde ella y él pueden estar muy cerca físicamente pero a mundos de distancia.
Desde diferentes enfoques se analizan algunos de los efectos de estar imbuidos cada uno en su teléfono: uno de ellos es que pueden dificultar algunas conversaciones pendientes, que son vitales en las malas etapas normales en cualquier pareja.
Por BROOKE LEA FOSTER. 5 de noviembre de 2016
Vivimos en una cultura de timbres, alertas y zumbidos, pues la mayoría de las personas administran desde cuentas bancarias hasta equipos de fútbol de fantasía a través de sus teléfonos inteligentes.
Entre esposos puede haber molestias si la pareja no le da “me gusta” a todas las publicaciones en Facebook, una expectativa, para algunos, de respaldo matrimonial. Si tomas tu teléfono para revisar los resultados de un partido de fútbol durante una cita con tu esposa, serás merecedor de que te mire con disgusto.
Escribes el nombre de una actriz en IMDb mientras miras la televisión y de repente te pierdes por 10 minutos en el agujero negro de la pantalla del teléfono, distraída por una notificación de texto o juego. “¿De verdad estás viendo la televisión?”, grita tu marido.
Casados o no, muchos de nosotros dormimos con nuestros teléfonos en nuestra mesita de noche, los guardamos en el bolsillo a medida que avanzamos de habitación en habitación y no dudamos en utilizarlos en presencia de nuestra pareja, así esté acostada, hablando o leyendo junto a nosotros.
Los expertos dicen que el uso de los teléfonos inteligentes se está entrometiendo en nuestros matrimonios de manera a veces inofensiva, pero a menudo es frustrante; provoca peleas y obliga a las parejas cada vez más a hacerse una importante pregunta: ¿en qué momento estamos eligiendo pasar más tiempo con nuestros teléfonos inteligentes que con nuestro cónyuge?