Por qué prohibirle Internet a tu hijo no es la solución
Negar la realidad nunca es una forma de afrontarla
Negar la realidad nunca es una forma de afrontarla
Internet es una herramienta que todos utilizamos a diario. Y que nuestros hijos utilizan desde que nacen, a diferencia de nosotros. Imagina que alguien te hubiese prohibido usar el fuego desde pequeño. O que alguien te hubiese prohibido acudir al colegio en transporte convencional porque andar es mucho más saludable. Un lunes. A las 7.30 de la mañana. Porque puede haber accidentes.
Es cierto que las comparaciones previas son exageradas, pero negar la realidad nunca es una forma de afrontarla. Al menos no es una forma definitiva.
En este sentido, los riesgos que existen en internet se pueden afrontar de dos modos: desde el rechazo absoluto o desde la perspectiva de la superación. Nuestros hijos pueden ser un factor de cambio social si ellos quieren y si nosotros sabemos apoyarles. El modo de generar más contenidos positivos o relaciones sociales digitales más saludables también es educar a nuestros hijos y fomentar en ellos conductas positivas. El futuro es una masa de posibilidades, positivas y negativas, pero tendemos a asustarnos por el bien de nuestros hijos.
Lo tenemos difícil, es un hecho, pero no podemos desesperarnos. Si nuestros hijos perciben que internet es un riesgo constante y un lugar en el que solo ocurren cosas negativas, su modelo de conducta será ese. Es mucho más interesante descubrir juntos contenidos relevantes, ampliar nuestros horizontes también gracias a internet y descubrir nuevos panoramas que nos pueden llevar a ser mejores. En Empantallados hemos tratado, durante cada especial, de ofrecer recursos positivos y modos de descubrir nuevas aficiones, gustos y conocimientos. Encuentra cuáles son los puntos fuertes de tu hijo, qué le motiva y qué le gusta, y ayúdale a desarrollar sus capacidades.
Si nos dan un pincel pero no nos dicen para qué es, es difícil acabar siendo Picasso. Pero si nos explican las posibilidades positivas que tiene un pincel quizá seamos pintores. O arqueólogos. O quizá descubramos profesiones que todavía no existen. Aquí tienes algunas formas de empezar: